Entrevistas
En las conversaciones con los agentes culturales y educativos, notamos una preocupación constante:
facilitar el acceso al contenido de las clases y conectar los aprendizajes con otras disciplinas artísticas.
Estos puntos desembocan en tres temas clave: los logros personales de cada profe, su percepción del aprendizaje de los estudiantes y los desafíos adicionales en su repertorio pedagógico.
Esto refleja que los agentes siguen comprometidos con lo que han planeado para sus clases, conectando sus experiencias con los logros alcanzados.
Sin embargo, en muchos casos, han dejado de lado otros elementos esenciales, como el desarrollo de cada disciplina artística, la toma de decisiones de los estudiantes, una evaluación integral del aprendizaje y una experiencia estética enriquecedora.
Así, los enfoques tradicionales siguen predominando en el discurso de los agentes.
Los enfoques tradicionales y el asignaturismo siguen predominando en el discurso de los profesores y agentes, limitando el desarrollo de lenguajes estéticos propios, críticos y que se conecten con las historias de vida de los estudiantes y sus comunidades.
Según los resultados del COPUS a nivel nacional, que analiza las actividades de los estudiantes (marcadas en rojo) y de los profes (marcadas en azul), se observa que en una clase promedio de una hora y media a dos horas, predomina la guía de actividades propuestas previamente por los profes, dejando en segundo plano la participación activa y la toma de decisiones por parte de los estudiantes.
Esto refleja una tendencia hacia actividades más repetitivas, con menos espacio para que los estudiantes tomen iniciativa. Sin embargo, la capacidad de los estudiantes para responder a los temas discutidos en clase es notable, casi equiparable al esfuerzo del profe en desarrollar la sesión. En resumen, la mayor carga de la clase sigue recayendo principalmente en el profe.
Según la caracterización de prácticas, enfocadas en identificar qué tipos de currículos se deben priorizar para realizar un mejoramiento de la calidad educativa en educación artística, se debe realizar un fortalecimiento curricular en prácticas educativas que privilegien el desarrollo de agenciamiento en los estudiantes (agency), donde su toma de decisiones respecto a la interpretación, representación, producción y creación artística y cultural, vaya de la mano de sus agendas personales, permitiendo la formulación de lenguajes propios, donde primen el desarrollo de su propia identidad individual y se fortalezca la colectiva, transformando así referentes de violencia y discriminación cultural respecto a las diferentes formas de ser y estar en los territorios.
Para ello, se debe retomar los elementos menos desarrollados curricularmente por los agentes, como lo son la construcción de comunidad entre agentes, la evaluación del aprendizaje, la experiencia estética, los elementos disciplinares, los escenarios de tomas de decisiones de los estudiantes.
Unos currículos enfocados a potencializar en los NNAJ la toma de decisiones, la autoconciencia, el manejo de sus emociones, la conciencia social, las habilidades sociales y la responsabilidad por la toma de decisiones, construye sociedades más justas y equitativas. Además, promueve: